miércoles, 15 de enero, 2025

Un alumbrado que brilla pero no vende: el pequeño comercio de Cádiz sigue perdiendo terreno

7 días ago

Un alumbrado que brilla pero no vende: el pequeño comercio de Cádiz sigue perdiendo terreno

La reciente campaña navideña, lejos de ser un revulsivo, ha dejado un sabor amargo entre los comerciantes del centro de Cádiz. A pesar del espectacular alumbrado navideño, que atrajo a miles de visitantes a la ciudad, muchos de los negocios locales reportan que el flujo de público no se tradujo en más ingresos. “Más luces que compras”, resume con desilusión Álex Romero, de la tienda de deportes Atleet, en la calle Columela.

El cambio de fecha de la cabalgata de Reyes Magos, adelantada al 4 de enero por las previsiones de lluvia, fue otro golpe para los comerciantes. “La tarde del día 5 fue un fracaso total, con muchas tiendas cerrando antes de lo previsto”, lamenta Romero. Una opinión que comparte Natalia Vázquez, propietaria del Taller de Coqui, quien asegura que por primera vez en su historia tuvo que cerrar antes de tiempo en una fecha clave para las ventas de última hora.

El alumbrado, aunque vistoso y capaz de atraer a visitantes de toda la provincia, parece haber beneficiado más a la hostelería que al comercio local. Juan José Recio, de las tiendas Bernal, señala que, aunque hubo “mucha gente, sobre todo del extrarradio, esa afluencia no se reflejó en las cajas registradoras”. Algo similar relata Cristina Porfirio, de Zapatos Cristina: “Cádiz estaba a tope, pero apenas veíamos bolsas de compras”.

El pequeño comercio sigue enfrentando un cambio de hábitos entre los consumidores, cada vez más inclinados hacia las compras online o en grandes superficies. “La gente se ha acostumbrado a la comodidad del online”, dice Porfirio. En su caso, reconoce que los vales de Diputación ayudaron a salvar una campaña que comenzó con dificultades tras el “Black Friday”.

Aunque algunas tiendas lograron mantener el nivel de ventas del año anterior, otras, como el Taller de Coqui, reportaron caídas de hasta el 20%. “Hay mucha gente en las calles, pero no compran. La juventud, sobre todo, prefiere el móvil o los centros comerciales”, lamenta Vázquez.

Ahora, los pequeños comercios se aferran a las rebajas y a los cruceristas como última esperanza para hacer frente a una cuesta de enero que, como siempre, se presenta empinada. Sin embargo, la sensación general es que, pese a los esfuerzos invertidos en hacer brillar la ciudad, la realidad del comercio local no ha cambiado: luces deslumbrantes, pero ventas mediocres.